S. (68 años) eligió que hagamos un asado para compartir el encuentro. S. se reconoce como muy amiguera y que disfruta mucho de hacer reuniones. "A veces tengo sólo yerba lavada pero me gusta compartir, cualquier momento es bueno, a veces creo que es por mi pero después veo que es un espacio para que otras amigas no sientan la soledad, además hablamos y largamos lo que sentimos. Cuando estás sola no tenes a quien decirle las cosas y eso te enferma". y agrega "Y si estoy sola y no pueden venir mis amigas, invito a alguien del barrio":
"Mi vida no es un cuento de hadas, la pasé mal, hoy, hay días que la paso mal, pero yo elegí alejarme de lo que pasó, si ya lo viví entonces lo suelto y me levanto a esperar cada dia para vivirlo a full". S. estuvo en pareja y se separó luego de 30 años de convivencia. "Las dos cambiamos, yo aún la quiero pero a veces siento que tomamos decisiones que nos llevaron a un quiebre. Ella viene a verme y yo estoy atenta a que ella esté bien. Seguimos siendo familia, aunque ya no compartimos el mismo proyecto de vida".
S. nos enseña como sala la carne y su técnica para preparar ensaladas y que no haya exceso de sal, "antes si te juntabas a comer tenias tu atención en que no falte pan, que haya hielo, ahora que envejecemos la atención debe estar en la sal, es un enemigo silencioso" nos explica.
S. tiene una jubilación de Ama de Casa "me costó pero la obtuve gracias a la moratoria. Pero mi ex pareja aún trabaja ya que no tiene los aportes necesarios para jubilarse y no logró entrar en la moratoria. Ella tiene mucha resistencia a ir a oficinas gubernamentales, yo la pasé mal ahí. Muy mal. Y ella también. Las veces que intentó ir no pudo acercarse a la puerta, es cómo si le faltara el aire. Tener que explicar que no tiene hijos, que estuvo en pareja con una mujer, etc, todo ese manoseo la paraliza. Yo fui y me senté y respondí todo sin drama porque creo que es parte de quererme como soy".
Con S. además hicimos unos panqueques con dulce de leche para cerrar un encuentro con muchas conversaciones.